¿Deberían prepararse las empresas para la reducción de la jornada a 40 horas?
Expertos coinciden en la relevancia de la gradualidad y plantean la importancia de involucrar a todos los actores en el debate sobre la implementación.
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Entre marzo y abril concluiría la tramitación legislativa del proyecto que reduce a 40 horas la jornada laboral -desde las 45 actuales- según las estimaciones del Gobierno. Un horizonte que comparten expertos como Jorge Arredondo, socio y director del grupo laboral de AZ, que anticipa que la iniciativa “tiene bastante viabilidad de ver la luz en el corto plazo”, y así transformarse en ley en el primer semestre de 2023.
El exdirector del Trabajo, Marcelo Albornoz, afirma que las empresas deben prepararse para el cambio y señala que ya hay varias intentándolo. Pero, advierte que “el desafío es cómo hacerlo en un contexto de incertidumbre sobre aspectos clave de una reforma de gran envergadura”. Si bien destaca que la gradualidad -la primera reducción sería en marzo de 2024- “es un alivio”, alerta que ella “no asegura un exitoso tránsito, pues lo sensato sería instalar mecanismos de adaptabilidad permanentes para implementar una jornada reducida, pero con iguales o mayores exigencias de producción”.
A su juicio, con las condiciones e indicaciones actuales del proyecto la única opción “visible” para las empresas es que “migren a sistemas excepcionales (de jornada) que autoriza la Dirección del Trabajo”. Pero, dado que este mecanismo solo opera para algunos sectores, advierte que se trata de “un callejón que por el momento no tiene salida”.
Wendoling Silva, exjefa del Departamento de Relaciones Laborales de la Dirección del Trabajo, llama a que industrias como el turismo preparen un plan que permita la organización de los domingos de descanso. Y anticipa que las jornadas excepcionales necesitarán adecuación de los feriado y compensaciones que incluye el proyecto.
La también asesora de sindicatos defiende que “la mejor fórmula es haciendo efectivo el diálogo social, con acuerdos entre empresa y organizaciones sindicales y en su defecto, con la mayoría de los trabajadores afectados. Las empresas y sindicatos ya debiesen estar sentados en mesas de trabajo conversando en las fórmulas que aplicarán para realizar la rebaja”.
Sello certificador
Arredondo destaca que se debe tomar en cuenta el acuerdo alcanzado por la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) y la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), que refuerza la importancia de la gradualidad y la incidencia de la productividad.
También resalta el llamado “sello 40 horas” que ha entregado el Ministerio del Trabajo -a la fecha a 184 empresas-, pues concientiza y adapta a las firmas a esta realidad.
Pero Albornoz precisa que esas firmas son las de “jornada clásica o administrativa” y advierte que “‘bajar la cortina’ más temprano no se compara con el efecto en aquellas de proceso continuo o con ciclos estacionales de alta producción”, como las agrícolas o de turismo.